HABITANDO EL FEMENINO
Observa esta imagen.
Un cuerpo femenino pero sin serlo del todo.
Hay un vacío en él.
Algo sin definir..
Un cuerpo masculino...al mismo tiempo.
Recorre visualmente ,esa conexión entre la Nada y la Totalidad.
Sin identidad preconcebida.
El pecho abierto.
Conectando los pares que florecen , mirándose para permitir el flujo, la respiración y el latido.
Columna, engranaje perfecto conectada con el centro.
El hueco , custodiado por la forma.
Mano derecha apoyada, izquierda, ausente.
Arcada entre las piernas, visible e invisible, presentes.
Apertura.
Rodillas que se funden en el contexto de un diseño vital, con un propósito incluido.
Tierra fértil...oportunidad....
Y la energía que mantiene a todos los elementos convergiendo, coincidiendo en el Espacio-Tiempo.
El amor y la entrega.
Diseño disponible..
Si partimos del femenino desde el comienzo, como principio que está en la Esencia misma de todas las cosas, es junto con el principio masculino, la capacidad de crear y materializar.
Es la facultad de dar un proceso real a algo que concentra la información futura de lo que puede llegar a ser...la posibilidad de Ser
Se encarga de sostener ese propósito-potencial mientras toma forma para que pueda existir.
Y sin embargo, ese Femenino, paradójicamente es la pregunta a la que no encontramos respuesta y la respuesta a la existencia cuando está integrado en nosotros ,desde la conciencia de Esencia, dónde, Masculino y Femenino forman uno solo.
No poder ser visto ni incluido es, limitar la percepción de nuestra existencia.
Si pensamos en la cavidad uterina de una mujer en cinta, vemos el espacio que ocupa el vacío , su hábitat ,para que albergue algo que entendemos como futuro que es Nada aún, que tiene la información de futuro, una promesa presente... el principio femenino es la presencia en cada una de las fases en las que va formándose de manera viva y real.
Descubrir este elemento dentro de nosotros, es abandonar el trauma, de un enigma sin resolver, de una herida sin cicatrizar, es acceder a la plenitud de lo que somos para entregarnos con la conciencia en lo que ignorábamos, lo que no somos.
De ahí aparece el reconocimiento, desde el permiso a nacer.
Al Femenino, en Esencia, con ese "denominador de principio", que incluye al Masculino, le tenemos verdadero pánico, y no es más ni menos, que la Vida expresada.
Dar a luz a la Vida, es poner conciencia en eso que tememos, y que no vemos como un continuo proceso de desarrollo.
Es estar expuestos y vulnerables a los cambios, abrir la semilla, y ver de que manera nos moldea, las formas que tomamos, como vamos floreciendo y dando frutos.
Así que ahí radica la importancia de empezar a ver al Femenino que asume su futuro construyendo posibilidades.
Habitar el Femenino, es conciencia en la existencia de lo que no soy (Masculino), proporcionarle a eso que aún no soy un espacio y tiempo para que sea.
El Femenino integrado, completo.
Entonces, te surgirá la pregunta de si se trata de una comunión de los dos, porqué hablo de habitar el Femenino?
Volvamos al ejemplo de la mujer embarazada, ella es el contexto real de lo que alberga.
Y efectivamente, al asumir esa otra parte que estaba vedada desde la perspectiva del Origen, se trata de un Andrógino, que nos devela como Género Humano.
Es fundamental, poder identificar ese Femenino para no quedarse en la especulación y el limbo que es una abstracción, una "NADA" cerrada.
Cuando la Nada se abre, crea.
Si ese Femenino reconocido con capacidad creativa no es visto, simplemente, habitamos en la Nada.
Ese Vacío, no es, por otro lado un Vacío estático, tiene poder creador y para ello requiere de ese terreno que le ofrece el Femenino.
En el vientre de la madre, si ese futuro niño le preguntara, ¿qué es la Vida?.
La madre podría explicarle, dar hasta los más pequeños detalles sobre ella, pero ese "futuro" sólo podría tener una idea, seguramente la respuesta de esa madre en algún momento sería, "tendrás que vivir para poder tener la conciencia real de lo que es la Vida".
Experimentarlo.
La posibilidad de poder integrar ese Andrógino, la brinda la Tierra.
Veamos esto como el juego de las muñecas Rusas, como Humanos, contenemos ese Vacío existencial del que parten todas las cosas, y a su vez, estamos dentro de un Hábitat mayor, el Planeta Tierra.
Un vientre materno, que asume ser el potencial con el propósito incluido para la existencia de Vida.
Tomar conciencia de ello es asumir los ciclos.
El proceso.
"Dar a Luz" es poder ver, iluminar, lo que nos permite Existir, de forma unida.
El espacio y tiempo que se nos otorga hasta volver a esa Nada, para habitar, estar presentes, en la construcción de lo que somos, desde lo que no.
Movernos e implicarnos hacia un resultado que no es un final, sino un continuo.
Una idea que se desarrolla...se abre y expone.
Asimilar esto , es poder aceptar nuestra existencia, de manera consciente, viendo como vamos siendo transformados, siendo partícipes de esa transformación.
Tal vez esperaras que este fuera un post dedicado al concreto disfrute de las cualidades femeninas.
Confío en que se deje ver, que sí, aunque desde una perspectiva mas amplia, porque ese Femenino lo tenemos como género, hombres y mujeres.
Internamente, y externamente manifestado en la Tierra.
Incido en ello , porque es hora de reconciliar ese aspecto para que deje de ser traumática nuestra experiencia vital, para que comencemos a ver, que absolutamente todo lo que se manifiesta, es proceso.
Y quitarle el peso de "final" o "meta" es aligerar la carga entregándosela a ella.
Porque Tierra sabe.
Confiar en ella desde nuestro interior, e invertir con nuestro caminar consciente, es relajarnos, perder el miedo a Ser, existir y desarrollarnos, ampliar fronteras.
Para reintegrarnos con Nada y Todo.
Para percibirnos completos, en esencia, habitando ese Femenino-Andrógino, que llamamos Vida.
Nota: Agradecimiento especial por su colaboración a Virginia Navarro, Lamohino, por toda su implicancia y por poner en imagen toda esta inspiración, por crear y ponerse disponible a habitar su espacio y tiempo para desde ahí aportar a lo global.
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