LA OTRA BELLEZA

by - junio 15, 2018


Hacía ya varios días que quería hablar sobre esto.

(Advierto que el texto puede herir susceptibilidades)

Me quedo embobada con los vídeos de Instagram, que muestran a chicas y mujeres antes y después de una sesión de maquillaje.

Veréis, no tengo nada en contra del maquillaje, lo uso desde bien jovencita, esto no es una crítica sino una observación.

En estos vídeos, se muestra a mujeres y chicas reales, al natural, y después de 40 kilos de maquillaje se transforman en imágenes que rallan la perfección, son muñecas de pestañas postizas, uñas , extensiones..etc

Los resultados son espectaculares, y el cambio asombroso.

Ahora bien.

Como mujer, y también como hombre si estas leyendo esto, hagamos un poco de introspección y reconocimiento.

El maquillaje ha sido usado ancestralmente por hombres y mujeres en todas las culturas, y en todas las épocas para diferentes fines, así como los adornos en el cuerpo, tatuajes y piercings..todos lo sabemos.

En el caso que describo, y en este momento, que hay un resurgir del feminismo, al que tantos años dediqué en el pasado de mi vida laboral, tenemos que empezar a ser honestos y ver como nos ejercemos violencia hacia nosotros mismos, una violencia, aparentemente indirecta, pero si me lo permiten, más cruel y castrante.
El tema del maquillaje, me sirve como metáfora y como ejemplo real para observar que pasa al otro lado de nuestra piel.
Como me castigo y no me permito ser, y acá ya no sólo hablo de maquillaje en crema, sino también de todas esas actitudes que adoptamos para ser incluidos socialmente, aceptados y queridos, por los otros, aunque esto sea algo que proyectamos totalmente.

Ya hablé de ello en el artículo de este blog, ¿Cuanto vales?, pero quiero incidir en nosotras.
Cómo hablar de empoderarnos?, cómo hablar de respeto? cómo hablar de que no me violenten, cuando soy una verdadera tirana conmigo misma?

Cuando no me permito tener la flacidez que dan los años, ni arrugas, ni pecas, ni cicatrices, cuando no puedo tener granos , ni ojeras, cuando me odio y odio mi barriga, mi culo, mis piernas..como si mi cuerpo no fuera ese paisaje maravilloso de Tierra que va mutando, rompiendo, desafiando..y floreciendo.

Este artículo es una previa a un post que nacerá próximamente en colaboración con Virginia Navarro "Lamohino", sobre el amor a mi mism@.

Si yo me preparo como un producto a consumir, ideal, como carne de cañón, lista para depredadores, tapando con ello mi vulnerabilidad, intentando ofrecer una ficticia imagen masculinazada , y en ese escaparate,en el que vendo mi imagen de un falso masculino,(principio masculino que tenemos hombres y mujeres ), representando una autoconfianza en mi misma que se cae y tambalea, en el momento en que se me tuerce el tobillo con los taconazos, o se me mueven las pestañas postizas.

También hay muchas mujeres que niegan su femenino, asumiendo un aspecto físico masculino para proteger precisamente a esa otra parte, se niegan y castigan  la posibilidad de mostrar algo que tenga que ver o se parezca al femenino.

Si llegaste hasta aquí  leyendo, sin  odiarme y sin entender esto como que las mujeres no podemos vestir o hacer lo que nos da la gana, es porque sabes que el fondo es lo que viene ahora..y vamos a tocarlo..aunque nos duela e incomode.

Aprender a Ser es permitirse Ser.

Esto no quita que me apetezca ponerme lo que quiera en mi cuerpo y mi cara, esto es lo de menos, sino desde dónde lo hacemos...cuál es la perspectiva de partida.

Preguntarnos ..realmente quiero que me quieran como soy? permito que me conozcan? me muestro? me abro?.

Y los hombres consumidores de fantasías, preguntaros porqué nunca podéis implicaros en relaciones reales?..vivís también de cara a la imagen? os sentís más seguros al lado de alguien que parece seguro?

Podéis reconocer esa necesidad de consumir perfección?
¿Que hay detrás de todo eso?
Violencia.
Asesinato
Castración
Negación

Empezar a permitirnos eso que consideramos, "errores de la naturaleza", a dejar de agredirnos en lo abstracto y en lo concreto, disfrutar del cuidado sin perseguir la perfección... la mutilación por partes de nosotros mismos, como unidad íntegra, real y avalada por algo que, sí que nos acepta y ama con todo, la Vida.

No podemos seguir pidiendo a fuera lo que nosotros no nos damos dentro y proyectamos .

Qué credibilidad tiene  un mensaje de "hay que amarse a uno mismo" cuando lo hacemos desde nuestra barrera protectora, el maquillaje que nos ponemos para ese afuera.

Decidí asumir el reto conmigo misma, viendo todos mis complejos me hice esta foto, sin filtro de ninguna clase, sin maquillajes, con nada.

Para ver mis pecas, mi gran nariz y ojeras, las arruguitas y esa diferencia entre los ojos..y bueno, la experiencia fue primero incomoda, acostumbrada yo misma a cuidar esas imágenes y luego me sorprendí sonriendo..ahí estas.!

Empezar a ver otra belleza, impersonal , que nos hace nos conforma y al mismo tiempo nos ofrece como versiones únicas..irrepetibles, aceptarnos, permitirnos nacer, vivir, ser.

Este es el comienzo de maduración en el que la seguridad es real interna y se sostiene más que un rimel waterproof y un maquillaje 24 horas, un pintalabios que no mancha y unos polvos para que no brilles.

Empecemos por dejar de meter barriga, apretar el culo y respirar!

Eso es fluir

Conectar

Estar en coherencia con el diseño, hacer las paces con él, dejar de verlo un error, sino un recurso que me permite existir.

Esto no es que abandones el gimnasio, ni que te hinches a hamburguesas, no es que  si te pones minifalda merezcas que alguien abuse de ti, ni que todos tengan que aguantar tus críticas o carácter porque "tú eres así".

Es algo más.

Y si acerco un poquito más el bisturí, es permitir que esa vida que te acepta, se exprese a través de ti con todo su esplendor, sin embutirlo en ideas sobre lo que deberías ser.

Entonces, tiene que ver con compartir esa vida, con entregarla al Todo desde tu individualidad.
Vida entregándose a la Vida..a ser vivida..es otra forma de ver la belleza

You May Also Like

0 Comments