LA ZONA DE CONFORT
He escuchado tantas veces la expresión , y siempre me quedaba observando que significaba, que era eso de "Zona de Confort", no lo tenía claro, máxime cuando las definiciones no se hacen propias, cuando generalizan algo que uno debe permitirse observar en su contexto, de la forma mas honesta posible.
Así que, si estas leyendo esto , te contaré lo que he ido averiguando, en mi propio trasvase, y queda abierto, a que cada uno , se permita un espacio desde el cual poder observar sin que haya un punto de referencia teórico, sino mas bien, algo que se descubra, para uno mismo.
Lo primero de lo que me doy cuenta, es, que en realidad lo que subyace a "Zona de Confort", es "Zona de Control", ese espacio que la identidad, se ha construido para sentirse segura, está cimentada en el control.
Vivo condicionado, porque el simple hecho de existir, ha sido interpretado como un peligro constante..todo lo de fuera es amenazante, precisamente..porque se escapa a mi control.
Ese "confort", es claramente inconfortable, de hecho, supone un mayor desgaste, ya que hay que estar en continua vigilancia, hiper alerta a que se sostenga una falsa homeostasis
Entonces, lo que se entiende de esta famosa "Zona de Confort", es, que en realidad, es una zona de exclusión, no incluyo todo , sino pequeñas parcelitas que se acomoden dentro de mi diseño de vida, mi concepto de la vida.
Es una paradoja, porque lo que sería realmente vivir es entendido como muerte y traspasar la frontera supone peligro de muerte.
Y no somos conscientes de que vivimos de esa "muerte", en una "Zona Muerta"
En la Zona de Confort, no se vive, únicamente, no se muere.
Lo que percibo dentro de ese espacio, es miedo, un miedo atroz, a lo desconocido, a la incertidumbre, a no ser mi identidad la que maneje la vida , a ponerme disponible y ser usado por ella, a perder de vista el horizonte para estar a la deriva.
Soltar eso, da pánico.
Lo llamamos, desconocido e incertidumbre porque toda mi confianza, todo mi mundo se reduce a las cuatro paredes, que conozco,está puesta en las trincheras que me han mantenido a salvo hasta ahora...a salvo de vivir.
Y mientras , me estoy muriendo.
Dentro de un diseño en el que cada vez quepo menos, porque la vida viene, te rompe, te grita y te desafía, para que te enteres de una vez que no es eso, que ya no se trata de eso.
Y que ella te incluye, que eres ella.
Ahora, viene la parte en la que nos decimos, si pero..es difícil..
Y no nos engañemos, tener miedo no es confortable, y tampoco se sale de ella cuando "se está preparado", "es el momento", o se ha madurado.
Esos son , argumentos que se han refinado para seguir escudándonos en algo que para mi esta siendo clave estos días..asumir el error.
¿Pero cuál es ese error?
La joya de la corona, la "perla" , es descubrir que no querías equivocarte, que querías seguir manteniendo una imagen falsa de la vida y de tu existencia, cuando al mismo tiempo su profundidad y simplicidad a partes iguales te está reclamando que la veas.
Puedo seguir pensando que todo está bajo control, poniendo parches en mi vida, cuestionando, dándole vueltas, metiéndome en laberintos mentales interminables, bucles sin salida para no asumir eso que es tan sencillo como digo y tan hondo..vivirlo todo.
Lo feo, lo bonito, lo triste, lo alegre..todo.
Vivirlo, no soportarlo, no exigirmelo, no controlarlo.
Vereís, me acabo de dar cuenta, que cuestionar es una herramienta poderosisima, pero de doble filo.
Si nunca me cuestiono que hay mas allá de lo que considero que es la existencia, nunca se abriría una grieta, nos dedicaríamos a actuar en modo supervivencia y como digo sobre llevando los buenos y malos momentos.
Pero si esa pregunta se queda abierta, si me quedo varado en el "si pero", nunca voy a permitir que se vea por qué era un error mi percepción de la existencia misma.
Si percibo la incomodidad y no me pongo disponible a ese empuje, me cristalizo en la pregunta, siempre me quedaré en esa zona, diciéndome, ¿y si..?, o especulando con mas y mas fantasías, porque me quedo abrochado, anclado , y lo que debería ser algo que nos mueva a saltar, se convierte en un apriete, que de confortable no tiene nada.
Lo único de lo que somos dueños es de elegir, si en el momento en que percibes mas asfixia "te dispones" a "contraer" o "expandir".
Si es lo primero, tu biología se consumirá, los recursos y trucos se acabarán y no habrá manera de tapar el sol con las manos para que entre la luz.
Tu experiencia "vital" será pasar la mayor parte del tiempo haciendo malabarismos en busca de la "felicidad".
La segunda opción, ,es romper el cascarón, que para nuestra sorpresa, nunca nos protegió de Nada, pero sólo lo sabremos en esa ruptura, que además ,es imaginaria.
La creamos nosotros, es una fantasía, una ilusión que nos hace vernos separados de lo que realmente está unido.
Transitar ese "error", es lo que libera espacio, nos va a dar una perspectiva nueva, que es de lo que se trata, nuestro "destino", es una nueva forma de ver las cosas.
Así, lo que consideramos que es el fin, no es sino una transición, que me proporciona conciencia..y esa es la mejor parte del viaje.
En estos días, me he dado cuenta que la zona, no es un contexto concreto, no son las circunstancias que me rodean y llevo como carga, sino la percepción que tengo sobre la realidad y la vida en general.
Sueño con otras posibilidades mientras sufro o soporto y cargo la mía, la que tengo aquí y ahora, y ambas son fantasía, tanto la deseada como la maldita.
Porque esa percepción de condición que me empuja o presiona no es sino un reclamo de inclusión sin juicio de eso que me está pasando.
Si hay una torsión en la percepción hay una torsión en mi realidad, y como digo , nada que ver con resignarse, y aguantar sino con entender que ese contexto forma parte de la vida sin mas.
Entonces el movimiento se da sólo y se genera una nueva versión de esa realidad.
Se produce la acción, de forma natural, sin huida, sin reproches hacia uno mismo o hacia los demás, sin culpar a lo que me rodea, sin esfuerzos ni arrastres emocionales, fluyendo con la pena, el desencanto, soltando eso a lo que me aferraba, de lo que estaba tan seguro, y que era sólo una idea, una zona de confort , que no permitía acceder a una realidad distinta, reparametrizada, a un futuro que sólo era imaginado.
Eso es amar.
Amar el instante y amarse uno mismo, la capacidad de soltar cualquier idea-zona, que paralice y obstruya lo que en síntesis es la vida: movimiento y cambio.
Termino este artículo con un fragmento de un texto, de un escritor que estoy descubriendo y tiene una claridad enorme para expresar esto, os dejo en los comentarios su referencia, porque realmente merece la pena ver como alguien tan joven, filtra con esa transparencia el significado de existir, amando.
"Mueren lentamente todos aquellos que le cierran las puertas al amor antes de dejarlo entrar. Que lo vislumbran a lo lejos, y luego un poco más de cerca, y luego de frente. A un respiro de distancia. Pero no se atreven. Porque atreverse es saltar y saltar es moverse, y moverse es una acción.
Acción opuesta al egoísmo, porque amar es compartir.
Amar es derribar las puertas de tu casa y permitir que la luz te deslumbre primero y te indique el camino después.Porque el amor no se piensa demasiado, se vive, se disfruta, se celebra.
Yo no muero. Yo soy amor y también luz.."
Entonces, lo que se entiende de esta famosa "Zona de Confort", es, que en realidad, es una zona de exclusión, no incluyo todo , sino pequeñas parcelitas que se acomoden dentro de mi diseño de vida, mi concepto de la vida.
Es una paradoja, porque lo que sería realmente vivir es entendido como muerte y traspasar la frontera supone peligro de muerte.
Y no somos conscientes de que vivimos de esa "muerte", en una "Zona Muerta"
En la Zona de Confort, no se vive, únicamente, no se muere.
Lo que percibo dentro de ese espacio, es miedo, un miedo atroz, a lo desconocido, a la incertidumbre, a no ser mi identidad la que maneje la vida , a ponerme disponible y ser usado por ella, a perder de vista el horizonte para estar a la deriva.
Soltar eso, da pánico.
Lo llamamos, desconocido e incertidumbre porque toda mi confianza, todo mi mundo se reduce a las cuatro paredes, que conozco,está puesta en las trincheras que me han mantenido a salvo hasta ahora...a salvo de vivir.
Y mientras , me estoy muriendo.
Dentro de un diseño en el que cada vez quepo menos, porque la vida viene, te rompe, te grita y te desafía, para que te enteres de una vez que no es eso, que ya no se trata de eso.
Y que ella te incluye, que eres ella.
Ahora, viene la parte en la que nos decimos, si pero..es difícil..
Y no nos engañemos, tener miedo no es confortable, y tampoco se sale de ella cuando "se está preparado", "es el momento", o se ha madurado.
Esos son , argumentos que se han refinado para seguir escudándonos en algo que para mi esta siendo clave estos días..asumir el error.
¿Pero cuál es ese error?
La joya de la corona, la "perla" , es descubrir que no querías equivocarte, que querías seguir manteniendo una imagen falsa de la vida y de tu existencia, cuando al mismo tiempo su profundidad y simplicidad a partes iguales te está reclamando que la veas.
Puedo seguir pensando que todo está bajo control, poniendo parches en mi vida, cuestionando, dándole vueltas, metiéndome en laberintos mentales interminables, bucles sin salida para no asumir eso que es tan sencillo como digo y tan hondo..vivirlo todo.
Lo feo, lo bonito, lo triste, lo alegre..todo.
Vivirlo, no soportarlo, no exigirmelo, no controlarlo.
Vereís, me acabo de dar cuenta, que cuestionar es una herramienta poderosisima, pero de doble filo.
Si nunca me cuestiono que hay mas allá de lo que considero que es la existencia, nunca se abriría una grieta, nos dedicaríamos a actuar en modo supervivencia y como digo sobre llevando los buenos y malos momentos.
Pero si esa pregunta se queda abierta, si me quedo varado en el "si pero", nunca voy a permitir que se vea por qué era un error mi percepción de la existencia misma.
Si percibo la incomodidad y no me pongo disponible a ese empuje, me cristalizo en la pregunta, siempre me quedaré en esa zona, diciéndome, ¿y si..?, o especulando con mas y mas fantasías, porque me quedo abrochado, anclado , y lo que debería ser algo que nos mueva a saltar, se convierte en un apriete, que de confortable no tiene nada.
Lo único de lo que somos dueños es de elegir, si en el momento en que percibes mas asfixia "te dispones" a "contraer" o "expandir".
Si es lo primero, tu biología se consumirá, los recursos y trucos se acabarán y no habrá manera de tapar el sol con las manos para que entre la luz.
Tu experiencia "vital" será pasar la mayor parte del tiempo haciendo malabarismos en busca de la "felicidad".
La segunda opción, ,es romper el cascarón, que para nuestra sorpresa, nunca nos protegió de Nada, pero sólo lo sabremos en esa ruptura, que además ,es imaginaria.
La creamos nosotros, es una fantasía, una ilusión que nos hace vernos separados de lo que realmente está unido.
Transitar ese "error", es lo que libera espacio, nos va a dar una perspectiva nueva, que es de lo que se trata, nuestro "destino", es una nueva forma de ver las cosas.
Así, lo que consideramos que es el fin, no es sino una transición, que me proporciona conciencia..y esa es la mejor parte del viaje.
En estos días, me he dado cuenta que la zona, no es un contexto concreto, no son las circunstancias que me rodean y llevo como carga, sino la percepción que tengo sobre la realidad y la vida en general.
Sueño con otras posibilidades mientras sufro o soporto y cargo la mía, la que tengo aquí y ahora, y ambas son fantasía, tanto la deseada como la maldita.
Porque esa percepción de condición que me empuja o presiona no es sino un reclamo de inclusión sin juicio de eso que me está pasando.
Si hay una torsión en la percepción hay una torsión en mi realidad, y como digo , nada que ver con resignarse, y aguantar sino con entender que ese contexto forma parte de la vida sin mas.
Entonces el movimiento se da sólo y se genera una nueva versión de esa realidad.
Se produce la acción, de forma natural, sin huida, sin reproches hacia uno mismo o hacia los demás, sin culpar a lo que me rodea, sin esfuerzos ni arrastres emocionales, fluyendo con la pena, el desencanto, soltando eso a lo que me aferraba, de lo que estaba tan seguro, y que era sólo una idea, una zona de confort , que no permitía acceder a una realidad distinta, reparametrizada, a un futuro que sólo era imaginado.
Eso es amar.
Amar el instante y amarse uno mismo, la capacidad de soltar cualquier idea-zona, que paralice y obstruya lo que en síntesis es la vida: movimiento y cambio.
Termino este artículo con un fragmento de un texto, de un escritor que estoy descubriendo y tiene una claridad enorme para expresar esto, os dejo en los comentarios su referencia, porque realmente merece la pena ver como alguien tan joven, filtra con esa transparencia el significado de existir, amando.
"Mueren lentamente todos aquellos que le cierran las puertas al amor antes de dejarlo entrar. Que lo vislumbran a lo lejos, y luego un poco más de cerca, y luego de frente. A un respiro de distancia. Pero no se atreven. Porque atreverse es saltar y saltar es moverse, y moverse es una acción.
Acción opuesta al egoísmo, porque amar es compartir.
Amar es derribar las puertas de tu casa y permitir que la luz te deslumbre primero y te indique el camino después.Porque el amor no se piensa demasiado, se vive, se disfruta, se celebra.
Yo no muero. Yo soy amor y también luz.."
0 Comments