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| imjagen de Frida Castelli |
¿Quién no tiene alguna marca, alguna herida que dió lugar a cicatriz?
La cicatriz es una consecuencia de la herida.
Es, eso que cambió un paisaje llano en nuestra piel, por uno abrupto, uno con relieves, y valles, con hondonadas.
Tejido lesionado que fue reparado y modificado en su forma , para adaptarse a la herida.
Para poder convivir con ella.
La cicatriz nos señala, nos ubica, en el lugar dónde ocurrió,algo que ya no es, pero que está incluido al mismo tiempo.
Eso nos hace confundir a veces, porque el tejido en su memoria, recuerda.
Y en ese recuerdo revive algo que está expresado en verdad pero con una nueva versión.
No sólo exterior, por debajo, hay células y más tejido, adhiriéndose para crear un puente en la grieta.
En ese espacio, expuesto y sangrante, resurge, la capacidad intrínseca de curarnos a nosotros mismos.
Carnes que se abrieron, ahora cierran.
Y así dan lugar a otra cosa.
Sin la sutura, la pérdida es constante, la exposición, es siempre vulnerable de ser agredida por cualquier factor externo, y la herida, no tiene un por qué, sólo un incesante llamado al dolor.
La cicatrización, es un proceso natural, lo único que ayuda a ese proceso de regeneración es atender las necesidades reales que tiene la herida, por encima del dolor.
Necesita que se la desinfecte, que se proteja sin taparla del todo, a la vista pero cuidada desde el entendimiento con ella.
Desde la comunicación directa.
Entender de dónde procede el daño, para que la consecutiva reparación sea posible.
No podemos acelerar esa instancia, pero podemos implicarnos en darle el amor que requiere, precisamente por ver la función, mas allá de ese daño.
Cuando hablo de amor , me refiero a esa comunicación en la que voy tomando conciencia de los puntos que irán siendo enlaces para acercar esa distancia entre un trozo de piel y otro.
La distancia es la herida, ella me propone un escenario para que invente, una nueva forma.
La primera fase es inflamatoria, se produce calor, reacción con el exterior, quizás infecciones, esa reacción es necesaria, sin ella no daría comienzo ese proceso, porque es la más dolorosa y se hace necesario ver qué, a qué me enfrento, cuál es el desafío que se me plantea.
Una segunda fase, me va a hacer generar recursos,para qué cada uno de ellos con mayor o menor alcance, puedan ir dando lugar a un deposito que se irá convirtiendo en el potencial más basal, con mayor peso para una reconstrucción .
Esa reposición no va a ser una repetición de ese espacio, tal como fue en su Origen, porque precisamente, el propósito es dar lugar a algo distinto, una versión que incluya la herida, que me generó una conciencia, y en la que pude ver qué recursos tenía sin descubrir hasta ese momento explicito.
En una tercera fase, hay ya una sostenibilidad de ese modelo que se va dibujando, entre la línea y el punto.
La función de la cicatriz, es, expresar el afrontamiento al desafío, exponer qué ocurre con una posibilidad (herida), que tiene un propósito mayor al daño, y que me habilita herramientas inconscientes.
La cicatriz es el testigo de una maduración, en la escala que sea, es esa manifestación de vida, en dónde hay un quiebre necesario en nuestra piel, en la membrana que tenemos más expuesta, mas sensible , en dónde hay un intercambio que prolifera esos recursos necesarios para continuar con un salto de conciencia.
Ella es la referencia de haber hecho ese salto. Y seguir vivos.
La herida a veces cierra en falso. Usando recursos no válidos porque sólo son parches para salir del estado de dolor.
La oportunidad de esa apertura, es que se revele precisamente, la diferencia entre lo verdadero y lo falso.
Que podamos distinguir en realidad, el mensaje de esa herida, y para ello, quizás pasar por la molestia de tenerla en "carne viva".... porque está viva, y eso , esa garantía es la que me hace saber, que al mismo tiempo que duele..cura.
Entonces es dolor teniendo ese espacio visible para expresarse en una primera instancia, nos va a hablar de ese qué duele con toda honestidad, hasta informarnos de qué capas, que fibras, fondo y profundidad tiene.
Cuando ese mensaje está entendido ,acogido, puedo empezar a ver qué necesita ese contexto.
Sabré el cómo.
La estrategia será entonces mucho más efectiva, la cicatrización tomará un ritmo con esa realidad que no tapo, sino que escucho y no interpreto.
La cicatriz se convierte entonces en algo que ya no es un recuerdo de dolor, de trauma distorsionado en una forma, no es algo que me castiga cada vez que la miro, se convierte en ese conocimiento adquirido y que he incorporado.
Es cuando la cicatriz me dice, mira, esto sirve.
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