UN HOMBRE DE VERDAD

by - noviembre 05, 2017


Si estas leyendo esto, te pido que no te quedes en el relato, que voy a contarte, mas bien, permite que emerja ese observador neutro para que pueda encontrar otros elementos que trasciendan la trama, no se queden en el detalle.
El relato nos sirve para dar  un ejemplo concreto a una lógica abstracta.

Cuando era jovencita, una de mis profesiones "frustradas" era bailar, algunos fines de semana , iba con uno de  mis mejores amigos, a bailar salsa.
Él estaba en una academia, así que , controlaba bastante, siempre íbamos al mismo sitio y  allí, todos bailaban con todos,.
Yo nunca aprendí en una academia, sólo me fijaba y repetía los movimientos y no se me daba mal del todo.
Para los que conozcáis, los bailes de salón y en concreto los latinos, sabréis que ahí es el hombre "quien manda",  el hombre "dirige" y la mujer se "deja llevar".

Y este era mi pequeño problema, cada vez que me sacaban a bailar , notaba como cambiaba mi postura, me ponía mas rígida , e intentaba dominar la situación.

Alguno se cansaba a la tercera vuelta, (no puedo evitar sonreír ahora que lo estoy escribiendo), otros me insitían en que me relajase y me dejara llevar, y esto solía tener el efecto contrario en mí, por lo que , aquellos hombres si conseguían terminar de bailar conmigo la canción sin un pisotón, o sin un esguince cervical, desaparecían y no los volvía a ver en toda la noche.



En algunos momentos, conseguía relajarme, "bajar las defensas", y disfrutar, entonces, había una auténtica sincronía, y realmente, ambos formábamos un tándem perfecto.

Ahora veo, que ese bajar las defensas, era ponerme "sumisa", y en aquellos momentos de mi vida y hasta ahora he sentido un gran rechazo a dicho concepto.

Porque sumisa, era exponerme, ser vulnerable, mostrarme débil, entender que el ser "femenina" era eso, y yo, al menos en lo externo, quería dar una imagen de seguridad, muy masculina.

Mi izquierda, no quería ser expuesta por que eso significaba , daño.

Asumí una falsa derecha (principio masculino), para ser yo quien "usara", para ser yo quien "abusara", para ser el verdugo y no la víctima.

Durante los años 90, la imagen de una mujer fuerte e independiente, y en los años posteriores, una mujer que asumiera su "empoderamiento", fue interpretado desde las propias mujeres como anular su parte sensitiva e intuitiva, para convertirse en "falsos masculinos", y romper con unas normas sociales y culturales de las que se sentían victimas.

Y nos quedamos atrapadas en un rol , confuso, que supuestamente nos igualaba a ellos, pero que nos hería profundamente.

Los hombres, igualmente se sentían confundidos, no entendían esa locura de las mujeres, esa rebeldía.

Por un lado, se les pedía que expresaran más, que se "feminizaran", por otro, muchos, se violentaban al verse abocados a un contexto que les exponía ,les pondría en contacto con su propia vulnerabilidad y esto, nunca les había sido permitido.

Así que ,ambos, mujeres y hombres , asumimos e intercambiamos, los supuestos roles que tenía el otro, para poder compensar lo que consideramos que nos "faltaba".

Los hombres, empezaron a contribuir en las tareas domésticas y las mujeres se volcaban en su carrera profesional.

En estos últimos días, muchas mujeres me comentan , que en sus relaciones con los hombres, echan de menos o se sienten atraídas por "hombres de verdad", algunos amigos hombres, también me dicen que no entienden a las mujeres, que cuanto mas sensibles y atentos son , menos parecen conseguir la atención del otro sexo.

Cuando pregunto a estas mujeres, que es un hombre de verdad, me dicen, simplemente..masculino.

Lo  que  entiendo, (mas allá de la imagen que rápidamente se forja en la mente de ese leñador musculoso con la camisa de cuadros, secándose el sudor), es un reclamo de un femenino que quiere ser femenino porque está cansado y castrado, y de un masculino que simplemente toma la iniciativa, da significado, asume su valencia sin violencia.

Un hombre con un masculino asumido y un femenino interno, integrado, al que puede ver, sin mascaradas, es un hombre REAL.

Entendamos, y no me canso de repetir, que ambos principios se dan en mujeres y hombres, y como lo veo, el conflicto no nace de que aspecto predomina más en cada uno de ellos, sino en la comunicación real que pueden mantener, cuando entienden e integran ambos  principios , no desde la carencia  que esconde y oprime a uno de ellos, sino desde ese baile en el que nos sincronizamos y conseguimos bailar, sin pisar a nadie.












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